Saturday, 16 June 2007

Days of Rainy Mornings


It was night, the dark and empty night. We were just talking about our last years in London. Do you remember those days of rainy mornings? The sky got angry and it gave us a grey glare. The water insisted on being there as it always used to be in that season. How can we go back to those days? We used to spend all day long watching the same film, over and over. Lying down on the sofa, nothing had to be taken off. Despite everything, I was there. Was the colour of the sky the reason for being sad? You always told me I had to be clear so that I opened up and confessed my feelings at any time. Today is not different. Somebody else was here, on the same sofa next to me, so close. You were not aware of those little things. You were not right here when you were supposed to be during these rainy mornings.


London-Mexico, City.
September 06-March 07.

1 comment:

Iván Islas (1976) said...

Este es un comentario que realicé como respuesta a otros que algunos lectores españoles publicaron en el blog de Jesús Montoya, quien amablemente publicó mi cuento en su sitio. Es, digamos, mi explicación al texto en cuestión y a otros de mis escritos:
-----
Qué decir de Rainy Morning Days. Espero no irrumpir en sus interpretaciones. Es el primer texto que escribo en inglés, que, como se nota, no es mi lengua materna, por tanto, es apenas incipiente, es un intento; sin embargo, lo que puedo decir es que siempre he vivido muy cercano a dicha lengua y poco a poco he descubierto la posibilidad, sobre todo rítmica, que puede llegar a tener. En últimas fechas, además de textos académicos y noticias, he leído poesía. Vivir a lado del imperio, también tiene sus ventajas. Acerca de la historia. El relato lo escribí entre Londres y Ciudad de México, fue madurando por medio año. Encuentro una conexión entre las dos ciudades; cuando he estado allá, a pesar de encontrarme en medio de una cultura distinta, me siento confortable, como en casa. El clima en algunos meses es muy parecido, lo grande de la ciudad, el asfalto, en fin... Quizá tenga que ver con lo que apunta Mariajo al referirse a toda ciudad, no lo sé. Efectivamente, quise jugar con los tiempos, el narrador en presente refiere a un hecho pretérito (lejano), pero al mismo tiempo habla de lo que recién ha ocurrido, un pasado más inmediato. Entonces, el tiempo se tuvo que diluir. Es ese susurro atemporal, como lo manejo en otro de mis relatos titulado “El lado oscuro”, que juega de la misma manera. A partir de una escena temporal, perfectamente localizada, de pronto se desprende y se vuelca al infinito, a lo general, incluso en cuanto al tema que trata. A través de indicios hablo de los personajes y sus situaciones. Lo demás se lo dejo al lector y apuesto a él. En ese momento, cuando se supone perdería el control de la posible interpretación, el microrelato se vuelve atemporal (lo que al final vengo buscando) y entonces refiere a lo general. Sí, en efecto, lo melancólico es algo que ha prevalecido en los ejercicios literarios que he realizado hasta ahora. Esto tiene que ver con los temas que trato, amistades que no terminan de serlo, relaciones de pareja que creen conocerse, silencios que hay que asumir, días de sol con preguntas inoportunas, etc… En fin, vuelvo a agradecer los comentarios. Saludos!
pd El relato no es tan personal, no me imagino un día entero viendo la misma película, jajajaj.